En el día de la memoria litúrgica de San Alejandro Sauli, patrono de los estudiantes barnabitas, la comunidad del Seminario Antonio María Zaccaria, en San Carlo ai Catinari de Roma, vivió una jornada de profunda alegría y gracia. En la Capilla de la Madre Divina Providencia, siete seminaristas recibieron el ministerio del acolitado.
La celebración eucarística realizada el sábado 11 de octubre, fue presidida por el Reverendísimo Padre General, Étienne Ntalé, quien por primera vez confirió los ministerios en su calidad de Superior General de la Congregación. Un gesto significativo que dio un sentido especial al encuentro, marcado por la participación fervorosa de la comunidad formativa y de los religiosos presentes.
Durante la homilía, el Padre General destacó que el acolitado no representa únicamente una etapa hacia el sacerdocio, sino una invitación a servir con amor y entrega al altar, viviendo con devoción el Misterio eucarístico. Exhortó a los nuevos acólitos a convertirse en “hombres eucarísticos”, capaces de transformar su vida en una ofrenda cotidiana, nutrida por la Palabra y el Pan de vida.
Al recordar la figura de San Alejandro Sauli, padre y maestro de los estudiantes Barnabitas, el P. Ntalé subrayó el valor del estudio y de la formación como caminos de santidad y servicio a la Iglesia. “El ejemplo del santo obispo de Aléria —señaló— continúa inspirando a los jóvenes Barnabitas a unir la profundidad del espíritu con el compromiso apostólico”.
La celebración concluyó en un clima de gozosa fraternidad, con un agradecimiento común al Señor por el don de los nuevos acólitos y por la presencia paternal del Padre General.
Con espíritu agradecido, la familia Barnabita eleva su oración para que estos jóvenes, sostenidos por la intercesión de San Alejandro Sauli y San Antonio María Zaccaria, perseveren con fidelidad y ardor en su camino de consagración y servicio a la Iglesia.
