Luigi M. Raineri
Sería sin duda incompleto el cuadro de nuestra presencia a la gran Guerra si no se hiciera mención especial a la figura de don Luis Raineri. Es muy rica la documentación que él mismo ha dejado del período transcurrido al frente: muchas cartas y también una colección de pequeñas anotaciones, escritas, podíamos decir, en la misma trinchera. Es sorprendente en él sobre todo la sencillez con que enfrenta y describe las situaciones y las previsiones más complejas. Después de la muerte de Migliorini (6 de octubre de 1918), escribe a sus compañeros teólogos en Roma: «Es de esperar que sea la última víctima; o, si otra es aún necesaria, esta sea el más friolento y el más aguafiestas que siempre piensa en ustedes, en Roma, en el estudiantado». Su contextura más bien…